Cómo Diagnosticar la Artritis en Adultos Mayores: Una Guía Esencial
La artritis es una de las afecciones más comunes que afectan a los adultos mayores, causando dolor, rigidez e inflamación en las articulaciones. Sin embargo, no existe un solo tipo de artritis, y el diagnóstico preciso es crucial para un tratamiento efectivo y para mejorar la calidad de vida. En personas de la tercera edad, la identificación de la artritis puede ser un desafío debido a la superposición de síntomas con otras condiciones y el envejecimiento natural del cuerpo.
Señales de Alerta: Síntomas Comunes de Artritis en Adultos Mayores
Si bien los síntomas varían según el tipo de artritis, existen indicadores clave que deben alertar tanto a los adultos mayores como a sus cuidadores y familiares:
- Dolor articular: Es el síntoma más frecuente, que puede ser constante o intermitente, y a menudo empeora con la actividad o al final del día.
- Rigidez: Especialmente notable por las mañanas o después de períodos de inactividad. En la osteoartritis (la forma más común), la rigidez suele durar menos de 30 minutos, mientras que en la artritis reumatoide puede extenderse por más de una hora.
- Hinchazón, enrojecimiento y calor: Las articulaciones afectadas pueden verse inflamadas, enrojecidas y sentirse calientes al tacto, lo que indica un proceso inflamatorio.
- Disminución de la amplitud de movimiento: Dificultad para mover la articulación en su rango completo, lo que puede afectar actividades diarias como caminar, vestirse o sujetar objetos.
- Deformidad articular: En etapas avanzadas de ciertos tipos de artritis, las articulaciones pueden perder su alineación y forma normal.
- Fatiga, fiebre y pérdida de apetito: Particularmente en la artritis reumatoide, que es una enfermedad autoinmune y puede afectar el cuerpo de forma sistémica.
- Nódulos o bultos: Especialmente alrededor de los codos o en otras áreas de presión en la artritis reumatoide.
El Proceso de Diagnóstico: Una Evaluación Integral
El diagnóstico de la artritis en adultos mayores requiere un enfoque multidisciplinario y una evaluación exhaustiva por parte de un profesional de la salud, preferiblemente un reumatólogo. Aunque un médico general o geriatra puede iniciar el proceso, el reumatólogo es el especialista en enfermedades musculoesqueléticas y autoinmunes que afectan las articulaciones.
El proceso de diagnóstico generalmente incluye:
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Historial Médico Detallado: El médico preguntará sobre los síntomas (cuándo comenzaron, qué los mejora o empeora), antecedentes familiares de artritis u otras enfermedades autoinmunes, lesiones articulares previas, estilo de vida y medicamentos que esté tomando.
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Examen Físico: El médico examinará las articulaciones afectadas para buscar hinchazón, enrojecimiento, calor, sensibilidad y evaluará la amplitud de movimiento. También puede buscar signos en otras partes del cuerpo que sugieran una enfermedad sistémica (como la artritis reumatoide).
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Análisis de Laboratorio:
- Velocidad de Sedimentación Globular (VSG) y Proteína C Reactiva (PCR): Estos análisis de sangre indican la presencia de inflamación en el cuerpo. Elevados pueden sugerir artritis inflamatoria.
- Factor Reumatoide (FR) y Anticuerpos Antipéptidos Cíclicos Citrulinados (anti-PCC): Estos anticuerpos son marcadores específicos que a menudo están presentes en personas con artritis reumatoide.
- Ácido Úrico: Niveles elevados pueden indicar gota, otro tipo de artritis.
- Otros análisis de sangre pueden ser solicitados para descartar infecciones o evaluar la función de otros órganos.
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Estudios de Imágenes:
- Radiografías: Son útiles para visualizar el hueso y detectar pérdida de cartílago, daño óseo y espolones óseos, especialmente en la osteoartritis. No muestran el daño artrítico temprano, pero son valiosas para seguir la progresión de la enfermedad.
- Resonancia Magnética (RM): Ofrece imágenes más detalladas de tejidos blandos como cartílagos, tendones y ligamentos, lo que puede ser útil para detectar daño temprano o inflamación.
- Tomografía Computarizada (TC): Puede proporcionar vistas transversales detalladas de huesos y tejidos blandos circundantes.
- Ecografía (Ultrasonido): Utiliza ondas sonoras para visualizar tejidos blandos, cartílagos y estructuras con líquido cerca de las articulaciones, siendo útil para guiar procedimientos como la extracción de líquido articular.
Diferenciando los Tipos de Artritis Comunes en Adultos Mayores
Es fundamental distinguir entre los tipos de artritis, ya que el tratamiento varía:
- Osteoartritis (Artrosis): Es la forma más común. Se debe al desgaste del cartílago articular a lo largo del tiempo. Es una enfermedad degenerativa que suele afectar articulaciones que soportan peso como rodillas, caderas y columna, así como las manos. La rigidez matutina es de corta duración y no suele haber síntomas sistémicos.
- Artritis Reumatoide (AR): Es una enfermedad autoinmune en la que el sistema inmunitario ataca el revestimiento de las articulaciones (membrana sinovial), causando inflamación crónica. Afecta típicamente a las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo (simétrica), como manos, muñecas y pies. Causa rigidez matutina prolongada y puede ir acompañada de fatiga, fiebre y otros síntomas sistémicos.
- Gota: Causada por la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, provocando ataques súbitos y severos de dolor, hinchazón y enrojecimiento, comúnmente en el dedo gordo del pie.
- Artritis Psoriásica: Afecta a personas con psoriasis (una enfermedad de la piel) y puede presentarse con inflamación articular, cambios en las uñas y fatiga.
La Importancia del Diagnóstico Temprano en Adultos Mayores
Un diagnóstico temprano y preciso de la artritis en adultos mayores es esencial para:
- Aliviar el dolor y mejorar la función: Permite iniciar tratamientos que controlen los síntomas y mejoren la calidad de vida.
- Prevenir el daño articular progresivo: Especialmente en la artritis reumatoide, donde un tratamiento oportuno puede evitar deformidades y discapacidad.
- Personalizar el plan de tratamiento: Cada tipo de artritis requiere un enfoque distinto, desde medicamentos y terapia física hasta cambios en el estilo de vida.
- Educar al paciente y la familia: Proporciona información valiosa sobre la enfermedad y cómo manejarla.
Si usted o un ser querido experimenta síntomas de artritis, no dude en buscar atención médica. Un diagnóstico a tiempo es el primer paso para vivir mejor con esta condición.